Estos días nos preocupa cómo afecta el frío a las personas que duermen en la calle pero hay que ampliar la mirada. Vivir en la calle significa una vulneración continuada de derechos, en invierno y durante todo el año. Deberíamos ser capaces de ofrecer alternativas a largo plazo: vivienda a precio asequible para todos. Mientras, y como solución a corto plazo, proponemos abrir espacios de proximidad por toda la ciudad.

  • Durante los meses de frío, en Barcelona abre un albergue temporal con 72 plazas. Es el Centro de Acogida Nocturno de Emergencias, situado en el Pasaje Dos de Mayo 17-25. El tiempo límite de estancia para cada persona es de un mes.
  • Cuando la temperatura alcanza los 0ºC en Barcelona, se activa la fase alerta de la operación frío por orden de Protección Civil porque se considera peligroso para la persona. En el caso de Barcelona, también se puede activar desde el mismo Ayuntamiento. Esto significa que se abren 100 plazas más de alojamiento temporal en el Centro de Estancias Breves (CUESB) de la calle Llacuna 25, en el barrio de Poblenou. El centro ha abierto estos días, las noches del 8, 9 y 10 de febrero, y ha acogido a 235 personas sin hogar. En estos momentos está cerrado porque se ha desactivado la operación frío y las personas que acogía han vuelto a la calle.
  • Hay personas que duermen en la calle y que no quieren ir a los recursos habilitados para el frío. Es porque están lejos y no pueden cargar todas sus cosas, porque no hay intimidad, no pueden entrar con sus animales y son soluciones para pocos días.
  • En Barcelona hay 1.026 personas durmiendo en la calle cada noche. Si estos días todas ellas pidieran acceder a un albergue, no habría plazas para la mayoría.

Una mirada integral durante todo el año

La operación frío da una respuesta temporal y limitada porque hablamos de 1.026 personas durmiendo en la calle en Barcelona durante todo el año. Por eso se necesita una mirada integral que ofrezca alternativas a largo plazo.

  • Un trabajo continuado durante todo el año. Estamos hablando de una operación frío, pero no hablamos de una ‘operación violencia’, una ‘operación lluvia’ o una ‘operación verano’ cuando suben mucho las temperaturas. El frío no es el único peligro. Cuando vives en la calle estás expuesto a muchos riesgos, la salud se deteriora y se acortan los años de vida. Necesitamos un plan que vaya más allá y signifique que nadie tenga que dormir en la calle ningún día del año.
  • Una estrategia coordinada a nivel de ciudad. Es necesario que la administración y las entidades construyamos un plan común de ciudad, trabajemos en red y compartamos información para mejorar la atención a las personas y dar una respuesta más eficiente. Este trabajo en red también se debería hacer en el ámbito catalán.
  • Una respuesta inmediata. Hay que ampliar los recursos para poder dar una respuesta inmediata a las personas que empiezan a vivir en la calle, cuando su situación de vulnerabilidad aún es baja. Ofreciendo soluciones desde el principio evitaríamos situaciones de cronificación en la calle que son más difíciles de superar.
  • Proponemos mejorar la gestión de los recursos de alojamiento y evitar situaciones de incertidumbre a las personas que, por ejemplo, deben entrar en una lista de espera para acceder a una plaza de un albergue municipal o de cualquier otro recurso. También es importante que cuando una persona accede a un recurso tenga la certeza de que no volverá a la calle.
  • Cualquier persona debería poder ser atendida en su municipio. Una práctica habitual es que los municipios del área metropolitana de Barcelona inviten a la gente que duerme en sus calles a venir a la capital. Esto significa alejar a la persona de su contexto y de los recursos que conoce, romper su red de apoyo y hacerla más vulnerable. Todo el mundo debería tener una respuesta dentro de su municipio.
  • Vivienda estable a precio asequible. Proponemos medidas de alojamiento definitivas que garanticen seguridad y estabilidad a la persona. Independientemente de si hace frío o no, todo el mundo debería poder vivir en una vivienda digna y adaptada a sus necesidades.

Abrir espacios de proximidad y cambiar la mirada

La solución definitiva al sinhogarismo es la vivienda a precio asequible. Mientras no llegue, creemos que hay que hacer propuestas a corto plazo para que la gente pueda dejar de vivir en la calle.

  • Crear espacios pequeños y de proximidad por toda la ciudad y durante todo el año. Espacios adecuados en los que persona pueda estar de manera indefinida hasta que se encuentre una solución mejor.
  • Abrir la Mesa de Emergencias Sociales a personas que duermen en la calle. En Barcelona, 1.026 personas viven en la calle pero no se considera una situación de urgencia y eso debe cambiar. El Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona atiende situaciones de “crisis social grave” pero no contempla la realidad de vivir en la calle como una necesidad “de atención psicosocial inmediata”.
  • Cambiar la mirada. Tener que vivir en la calle significa una vulneración de derechos de manera continuada, en invierno y durante todo el año. De media, una persona que duerme al raso vive 20 años menos que cualquier otro ciudadano de Barcelona. Hay que entender que nadie vive en la calle porque quiere y cambiar la mirada para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle.

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