En Barcelona hay, como mínimo, 4.845 personas sin hogar. Desde 2008, los datos se actualizan de forma periódica (consulta el histórico de recuentos). Gracias a los recuentos, censos y encuestas, sabemos que:
La encuesta que organizamos anualmente desde Arrels nos permite conocer la situación de las personas que viven al raso en la ciudad. En la última, realizada la noche del 10 de junio de 2021, entrevistamos a 289 personas que viven en la calle. Los primeros resultados muestran datos preocupantes:
Esta acción se enmarca en la campaña europea para acabar con el sinhogarismo, impulsada por la organización World Habitat, y nos ha permitido entrevistar a más de 1.400 personas entre 2016 y 2019. El informe Viure al carrer a Barcelona. Radiografia d’una ciutat sense llar analiza en profundidad los datos obtenidos durante los censos en Barcelona y los complementa con otros datos y con las reflexiones de personas que han vivido en la calle y de profesionales.
En la encuesta a personas que viven en la calle, organizada por Arrels el pasado 10 de junio de 2021:
En 2020, dijimos adiós a 66 personas que vivían o que habían vivido en la calle en Barcelona y que murieron en el último año. Tenían una media de edad de 56 años; esto significa 26 años menos que el resto de barceloneses y barcelonesas que también nos han dejado.
En Barcelona se trabaja desde hace años para luchar contra la problemática del sinhogarismo. Desde el año 2008, la Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar (de la cual forman parte una trentena de entidades sociales, como Arrels, y el Ayuntamiento de Barcelona) organiza recuentos de manera periódica para saber cuántas personas duermen en las calles de la ciudad y poder dimensionar la problemática. Consulta el histórico de recuentos.
En el ámbito municipal existe también el Plan de lucha contra el sinhogarismo de Barcelona 2016-2020 impulsado por el Ayuntamiento con el objetivo de detallar las políticas a desarrollar para abordar la problemática del sinhogarismo.
A pesar de todos estos esfuerzos y los recursos empleados, el hecho de dormir en la calle no se considera una situación de urgencia en Barcelona y los retos aún son muchos. Es necesario ir más lejos, con políticas y recursos que miren a medio y largo plazo y, mientras, habilitar espacios en cada barrio para que las personas tengan un lugar seguro donde estar.
En cualquier caso, el objetivo debería ser dar estabilidad a la persona y que sepa que, una vez sale de la calle ya no volverá.