Los recursos para el frío en Barcelona solo darán respuesta al 8% de las personas que duermen en la calle

Arrels denuncia que l'operació hivernal dona resposta a poques persones que dormen al carrer

Un millar de personas viven en la calle en Barcelona. Con la llegada del frío, el Ayuntamiento abre 75 plazas hasta marzo y prevé abrir 325 plazas más algunos días concretos, cuando la temperatura baje de los 0ºC. La medida sigue fijándose en el termómetro y no da respuesta a la mayoría de las personas que duermen en la calle.

Si estos días de frío ves a una persona viviendo en la calle en Barcelona, ​​puedes orientarla hacia el Centro de Estancias Breves, en la calle Llacuna nº25, donde se acaban de abrir 75 plazas nocturnas para personas sin hogar. Este recurso funcionará hasta mediados del mes de marzo y la persona puede dirigirse directamente y, si hay plaza, estar hasta 30 días.

La medida se pone en marcha cada año desde el consistorio municipal cuando llegan los meses de invierno y se complementa con más plazas de emergencia que se abren dos o tres días cuando la temperatura baja de los 0ºC. Este año, está previsto abrir hasta 325 plazas que se repartirán en diferentes equipamientos, sobre todo en los distritos de Sant Martí y Sarrià-Sant Gervasi.

Para el Ayuntamiento, se trata de la operación frío “más amplia en la trayectoria de los servicios sociales municipales”. Desde Arrels, valoramos el esfuerzo pero consideramos la medida insuficiente y con un foco erróneo porque la respuesta no debería basarse en el termómetro ni en situaciones extremas.

Una respuesta para el 8% de las personas que duermen en la calle

Actualmente, mil personas viven en la calle en Barcelona y las 2.130 plazas que existen en los recursos públicos y privados ya se están utilizando por otras personas en situación de sin hogar y que también las necesitan. Con las 75 plazas invernales que se acaban abrir se dará respuesta al 8% de las personas que duermen en la calle hasta el mes de marzo. ¿Qué pasará, sin embargo, con el resto de personas que duermen en la calle?

La apertura de 325 plazas durante los días de frío extremo significa un paso adelante respecto a años anteriores porque se habilitarán más plazas y en diferentes lugares de la ciudad, aunque sigue dejando fuera al 60% de las personas que viven en la calle y se activa sólo dos o tres días en función de la temperatura. ¿Y si estos recursos que se abren con un objetivo temporal se convirtieran en permanentes?

Una persona que vive en la calle está expuesta a muchos riesgos: agresiones, lluvia, calor, frío… Tener que vivir en la calle afecta a la salud y acorta en más de 20 años el tiempo de vida, por eso se necesitan propuestas que aporten estabilidad a la persona y que vayan más allá de la activación de planes de urgencia. El hecho de fijarse en la temperatura para saber si se habilitan o no los recursos para personas sin hogar significa, además, promover un tipo de alojamiento inestable y, en consecuencia, más inestabilidad para la persona.

Propuestas para ir más allá de los recursos temporales

La operación frío da una respuesta temporal y limitada para el millar de personas que duermen en la calle en Barcelona durante todo el año y es una medida a la que no nos deberíamos acostumbrar. Se necesita una mirada integral que ofrezca alternativas a largo plazo y que tenga como punto de partida la vivienda asequible.

  • Abrir espacios nocturnos pequeños y en todos los barrios de la ciudad para que la persona no tenga que desplazarse grandes distancias y pueda acceder a un lugar que ofrezca más seguridad. Estos espacios deberían tener normativas flexibles, estar habilitados para que la persona pueda acceder con todas sus pertenencias y animales de compañía y abrir todo el año.
  • Habilitar más espacios de día para que la persona pueda descansar y resguardarse, con servicios útiles -como duchas y consignas- y ubicados en cada barrio.
  • Dar una respuesta inmediata a las personas que empiezan a vivir en la calle para evitar que su situación se cronifique, así como mejorar la prevención para que nadie pierda su casa.
  • Reforzar la colaboración entre la administración y las entidades sociales para dar una respuesta más eficiente a la persona. Este trabajo en red también se debería hacer en el ámbito catalán e implicando concejalías y consejerías de servicios sociales pero también de las políticas de vivienda, inmigración, etc.
  • Invitar a una persona que vive en la calle en cualquier municipio catalán a venir a Barcelona no es la solución y puede empeorar la situación de la persona. Cualquiera debería poder ser atendido/a en su municipio.
  • Necesitamos medidas de alojamiento definitivas que garanticen seguridad y estabilidad a la persona. Independientemente de si hace frío o no, todo el mundo debería poder vivir en una vivienda digna, adaptada a sus necesidades y a sus ingresos. Las políticas de vivienda municipales, autonómicas y estatales deberían tener en cuenta la realidad de las personas sin hogar.

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