El invierno acabó hace semanas pero estos días han bajado las temperaturas y ha llovido. En Cataluña los recursos de emergencia para personas que viven en la calle y que abren durante el invierno hace días que han cerrado. Desde Arrels pedimos recursos que miren a largo plazo porque el frío es uno de los riesgos de vivir en la calle pero no es el único peligro.

Cada año, cuando llegan los meses y los días de más frio, algunos municipos catalanes habilitan recursos para que las personas de duermen en la calle puedan resguardarse de las bajas temperaturas. Algunos abren los recursos durante unos meses, otros sólo durante los días en los que se activa la operación frío y las temperatures bajan de los 5ºC o de los OºC.

En municipios como Barcelona, Reus o Tarragona, tienen protocolos propios para activar los recursos cuando hace frío, pero la mayoría siguen las instrucciones de la Dirección General de Protección Civil que, siguiendo las predicciones del Servicio Meteorológico de Catalunya. Desde el MeteoCat dan el aviso cuando la temperatura baja un 2% por debajo de la mínima habitual porque se considera que puede haber peligro para la persona.

La ley catalana de Servicios Sociales establece que los municipios con más de 20.000 habitantes deben prestar servicios sociales básicos y, en situaciones de emergencia, ofrecer soluciones habitacionales de manera temporal. Actualmente son 70 los municipios que activan recursos habitacionales estacionales cuando llegan los días de más frío, según una encuesta realizada en 342 municipios catalanes (el 75% del total), en el marco de la estrategia catalana para abordar el sinhogarismo que impulsa el Govern de la Generalitat.

En este contexto, ¿por qué se considera que una persona que duerme en la calle está en peligro si la temperatura baja hasta los 0ºC pero no se considera una situación de peligro si se llega a 6ºC o a los 10ºC? ¿Por qué se habilitan recursos sólo para unos cuantos días o para algunos meses pero se cierran cuando todavía hace frío? ¿Atender a la persona es comprar un billete de transporte para la persona que vive en la calle pueda ir a un municipio con más recursos y donde haga menos frío? ¿Por qué hablamos de operación frío pero no hablamos de ‘operación lluvia’,’operación violencia’ ni de ‘operación verano’?

Radiografía de los últimos meses de frío

Barcelona, Sabadell, Tarragona, Lleida, Reus, Girona, El Prat de Llobregat y L’Hospitalet de Llobregat son algunos de los municipios que este invierno han habilitado recursos temporales para que las personas sin hogar se resguarden del frío.  En la mayoría de los casos, se amplian plazas de albergue y en municipios más pequeños se buscan habitaciones en pensiones, pero en todos los casos son insuficientes.

  • En Lleida, el Ayuntamiento activa el Plan Iglú entre los meses de noviembre y abril, cuando las temperaturas bajan de 0ºC o se considera que las condiciones meteorológicas pueden suponer un riesgo para la salud de la persona. Este invierno ha atendido a 689 personas y, además de las habituales plazas de albergue, se ha añadido un nuevo espacio de baja exigencia para personas que hace tiempo que viven en la calle y que no han encontrado cabida en otros recursos. También ha supuesto la coordinación con la Guardia Urbana los días en los que la temperatura ha bajado de 0ºC para que se acercarse a las personas que duermen en la calle y ofrecerles la posibilidad de refugiarse. En el Plan Iglú  se coordinan Ayuntamiento y entidades como Cruz Roja y la fundación Jericó, e incluye una parte de sensibilitación a entidades bancarias y comercios para saber cómo actuar.
  • En Tarragona tienen protocolos propios de activación del Plan Iglú y dos fases de prealerta y alerta. La fase de prealerta empieza el 1 de diciembre y se mantiene hasta el 20 de marzo y obliga al Ayuntamiento a tener recursos disponibles para una posible intervención. La fase de alerta se activa cuando la temperatura baja de los 0ºC y significa habilitar pensiones y plazas de albergue, así como formar equipos para salir a la calle y detectar a las personas que duermen en ella y explicarles que pueden ir a una pensión o a un albergue; según el protocolo, esta fase de alerta “se activará durante tres noches como máximo e irá en concordancia con el número de personas que queden en la calle”. Por otro lado, entidades como la fundación Bonanit también han actuado este invierno ofreciendo 40 plazas en su albergue y en pensiones.
  • El número de personas sin hogar en Girona ha aumentado en los últimos años; en 2017, se atendió a 347 personas en situación de calle, según datos municipales. El dispositivo de emergencia de la operación frío que se pone en marcha  lo lidera el consorcio La Sopa y funciona del 10 de enero hasta el 15 de marzo. Desde La Sopa se ofrecen durante todo el año 66 plazas de albergue y 4 pisos. Este invierno también se ha habilitado un nuevo alojamiento nocturno de baja exigencia con 12 plazas para personas que durante mucho tiempo viven en la calle y que no han encontrado cabida en ningún otro tipo de alojamiento; se trata de un recurso gestionado por personas que también han vivido en la calle y que finalmente ha ofrecido alojamiento a 20 personas.
  • Barcelona es el municipio catalán que acoge a más personas viviendo en la calle y en los últimos nueve años ha visto aumengar en un 56% el número de personas en esta situación. En la actualidad, 1.026 duermen en la calle y 2.006 más lo hacen en recursos públicos y privados. Entre los meses de noviembre y marzo se activa también el Centro d’Acogida Nocturno de Emergencias, con 72 plazas y donde la persona que entra puede quedarse a dormir un mes. Cuando la temperatura llega a los 0ºC se habilitan 100 plazas más en el Centro de Estancias Breves  y que cierra cuando la temperatura vuelve a subir. Ninguno de estos dos recursos se ubica en el centro de la ciudad.
  • En L’Hospitalet de Llobregat, el dispositivo de la operación frío se activa cuando el termómetro baja de los 5ºC y a la práctica significa ofrecer 15 plazas más de albergue para las personas que duermen en la calle. En El Prat de Llobregat, en cambio, este año se ha preguntado a las personas que duermen en la calle y, en base a sus respuestas, se han buscado alojamientos en pensiones y hostales. Como en el municipio faltan recursos de alojamiento, este invierno también se ha ofrecido dormir en un albergue de Cáritas en Vilafranca.

Soluciones todo el invierno y durante todo el año

Los dispositivos invernales para personas que duermen en la calle se ponen en marcha porque se considera que, cuando bajan las temperaturas, la salud de las personas está en grave peligro. Por eso los recursos que se habilitan son temporales. No se tienen en cuenta otros riesgos para las personas sin hogar como pueden ser la lluvia y el peligro de agresiones físicas.

El reto que comparten todos los municipios catalanes es ir más allá porque el frío no volverá en unos meses pero las personas siguen viviendo y durmiendo en la calle. Desde Arrels apuntamos algunas propuestas que no sólo tienen como punto de partida la emergencia por frío:

  • Necesitamos tener criterios comunes, basados en la estación invernal (con días de más o menos frío y también lluvia). La temperatura no puede ser el criterio que establezca la activación o no de la operación frío porque esto provoca que el acceso al  alojamiento sea aún más inestable.
  • Todos los municipios deberían saber qué deben ofrecer y durante cuánto tiempo, y contar con recursos para hacerlo.
  • Es necesario habilitar recursos de alojamiento que miren a medio y largo plazo y que den estabilidad a la persona y protección del frío, de la lluvia, de la violencia y otros riesgos. Actualmente, 70 municipios disponen de recursos habitacionales cuando se activan las operaciones frío y unos pocos más cuentan con centro de corta estancia. Pocos municipios, en cambio, han apostado por la vivienda estable.
  • Para la persona que vive en la calle, poder acceder a una vivienda en el municipio donde vive significa mejorar su situación. Comprar un billete para que se desplace a una ciudad más grande, desorienta a la persona y traslada la problemática a otro municipio donde seguramente tampoco encontrará respuesta.
  • Se necesita promover más viviendas de protección oficial y específicas para las personas que duermen en la calle, tanto en Barcelona como en el resto de municipios. En la capital catalana pedimos abrir la Mesa de Emergencias para que las personas que se encuentran en situación de calle puedan acceder a una vivienda social.
  • Mientras se trabaja para conseguir más vivienda estable, proponemos abrir espacios de acollida de baja exigencia, de baja exigencia, no masificados y en los que la persona se pueda quedar el tiempo que necesite. La idea es que estos espacios se ubiquen en todos los barrios del municipio, se adapten a las necesidades de las personas y que permitan conocer y establecer vínculos con cada una de ellas. Este invierno han funcionado experiencias similares en Girona y Lleida, así como en el Piso Cero de Arrels en Barcelona.

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